Sola nací y sola llegaré a la tumba,
esa es mi condena.
Solo en mi soledad, libres se sienten mis alas,
rompiendo el maleficio
de no caber donde habito.
Gracias a todas esas personas que me acompañan y cuidan,
respetando mis tiempos y mi espacio.
Gracias por apoyarme siempre con la verdad por delante,
que hace que me supere y no me conforme.
Gracias por entender en mi mirada todo lo que mi boca
calla, sin hacer más preguntas.
Gracias a mis hijos por enseñarme en qué consiste esto del
amor infinito.
prólogo
Una mujer se enfrenta a sí misma cuando tiene que romper con todo y comenzar de nuevo.
Unas alas guardadas en un cajón temblando de frío. Un dormitorio compartido. Tres ángeles que descansan en el cobijo de un hogar. Cuando despierten todo habrá cambiado. Cuando despierten mamá llorará mares salados porque se habrá dado cuenta de que lleva años sin pensar en ella misma. El detonante de esta historia es un engaño. Una realidad difícil de cambiar tras veinte años. Su zona de confort se desploma, y con ello su hogar.
M.J. Ruiz
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